La Diócesis de Osma tiene sus orígenes en época visigoda. La primera referencia histórica sobre la presencia de un obispado en esta zona es el año 597, cuando el obispo Juan participó en el decimosegundo concilio de Toledo durante el reinado de Recaredo. La invasión islámica del año 711 provocó la huida del obispo al norte, a las montañas cántabras, donde hubo obispos de Osma en el exilio. Tras la reconquista y repoblación definitiva de la ciudad de Osma en la segunda mitad del siglo XI, durante el reinado de Alfonso VI, se restauró la sede episcopal. En 1101 tomó posesión de la diócesis un monje benedictino francés llamado Pierre de Bourges, para nosotros San Pedro de Osma. Este obispo fue quien tomó la decisión de construir la Catedral en la margen izquierda del río Ucero, a las afueras de la ciudad de Osma, dando origen al barrio que hoy es El Burgo de Osma.

La Catedral Románica

La catedral románica se inició a principios del siglo XII. De ella quedan interesantes restos en el claustro y en la antigua Sala Capitular, ya que fue sustituida por la actual catedral gótica en el siglo XIII.

La Sala Capitular es la única estancia conservada de la catedral románica. Su estructura arquitectónica es un buen ejemplo de la transición entre el estilo románico y el gótico. Conserva la decoración pictórica de la bóveda.

Del claustro románico se conservan algunos restos embutidos en los muros del claustro gótico. Los más interesantes son los arcos que formaban parte del pórtico de la Sala Capitular. Son dos arcos dobles de finales del siglo XII. El uso de la columna central, de fuste torso, y la temática de los capiteles reflejan una clara influencia del claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos.

Catedral de El Burgo de Osma
Catedral de El Burgo de Osma

La Catedral Gótica

El trazado de la Catedral gótica se proyectó y realizó sobre parte considerable del solar ocupado por la demolida catedral románica. Se inicio en el año 1232 y estaba terminada en apenas 40 años. En el interior domina un estilo gótico clásico y uniforme. La planta primitiva era sencilla, con tres naves, crucero y cinco capillas en la cabecera, siguiendo un esquema habitual en las iglesias abaciales cistercienses.

Las aportaciones y transformaciones que se hicieron a lo largo del tiempo no modificaron sustancialmente la unidad de esta arquitectura gótica.

En el siglo XV se añadieron capillas a las naves laterales. En el siglo XVI se sustituyó el claustro románico por otro de elegantes tracerías tardogóticas, y se construyó la Capilla de San Pedro de Osma sobre la antigua Sala Capitular.

Flanqueando la portada occidental de San Miguel, a los pies de la Catedral, destaca la gran torre barroca construida por José de la Calle a mediados del siglo XVIII y que domina el perfil urbano de El Burgo de Osma.

En el último tercio del siglo XVIII se amplió la Catedral por la cabecera al ejecutar la girola, la sacristía y la capilla del Beato Juan de Palafox. Estas obras, acometidas bajo la tutela del rey Carlos III, acercaron hasta El Burgo de Osma lo mejor del arte cortesano del momento.